Esta semana la FIA nombró al gran premio de México como el evento del año por quinta vez consecutiva. Los esfuerzos por parte de los empresarios que realizaron el evento, el cual estuvo a punto de no renovar contrato para los próximos años, fueron magníficos. En este 2019 el evento tuvo un total de 345 mil 694 asistentes, siendo así uno de los eventos deportivos realizados dentro de un inmueble con mayor número de asistentes a lo largo de la historia.

La fórmula 1 no es la única representación profesional de automovilismo de pista en el país. En 2019, tuvimos a lo largo del territorio nacional dos campeonatos profesionales. Uno de ellos es Nascar México, que, en su carrera celebrada en noviembre en Puebla, más de 40 autos dieron un espectáculo que no veíamos hace décadas.

El otro campeonato profesional es Super Copa Mercedes Benz. El cual dio al público la oportunidad de conocer una propuesta diferente de competencias tipo sprint. Los autos son impresionantes, el sonido de la caja secuencial y la competitividad de los pilotos cautivan al espectador.

El kartismo también da señas de éxito. El campeonato Fórmula Karts logró consolidar un campeonato nacional, que en su mayoría, las fechas se llevan a cabo en kartódromos que se construyeron en la última década. En cada una de las fechas, se inscriben más de 100 pilotos en las distintas categorías. Esto denota un gran crecimiento y unidad en el karting nacional.
Los resultados de pilotos mexicanos fuera de México parecen de ensueño. Memo Rojas se consolidó campeón de la European Le Mans Series 2019. Daniel Suarez es un piloto muy competitivo y consolidado en NASCAR MONSTER ENERGY. Patricio O Ward fue nombrado piloto oficial de Mclaren en Indy. Checo, excelente en su temporada sumando puntos en bastantes carreras.
¿Siendo buenas las circunstancias en el deporte motor Mexicano, por qué aún el automovilismo amateur no es eficiente?
Sergio Perez, nuestro mayor representante a nivel mundial, mencionó en una entrevista previa al GP de México: “El nivel de nuestro automovilismo no da para F1”. Haciendo referencia a que pilotos mexicanos tienen que salir a Europa para desarrollarse y probar suerte.
Hay muchos vértices desde los cuales podemos analizar el motivo de esta situación. Es sabido por todos que los años “dorados” del automovilismo rondaron los 80s. A partir de ahí, se habla de un “retroceso” en el deporte nacional. El famoso ingeniero estadounidense Carol Smith, quien participó algunos años en equipos mexicanos, comentó “El automovilismo profesional en México se terminó por la devaluación del 94”. Es un comentario acertado, ya que desde entonces, pequeños destellos de ideas vanguardistas han mantenido viva la chispa del deporte motor nacional. Sin embargo como comparativa, Argentina ha tenido un escenario más complejo que nuestro país en el tema económico y aún así, su automovilismo es fuerte en todos los aspectos.

En el nivel amateur mexicano nos caracteriza la informalidad, la falta de conocimientos, el poco compromiso y la desunión. Los campeonatos regionales hacen esfuerzos por sobrevivir, pues en algunos casos, los mismos competidores ponen obstáculos para complicar el desarrollo de éstos. En su mayoría, el conflicto proviene de que los participantes quieren desempeñar un papel que no les corresponde. De esta manera falla la estructura y por ende, la organización.
¿Qué camino podríamos tomar para emprender el viaje al fortalecimiento del deporte motor mexicano?
Una excelente configuración para lograr mejor entendimiento y coordinación de eventos es un club. Pero esta figura perdió fuerza. No olvidemos que uno de los campeonatos mexicanos más grandes que han existido fue Copa Corona, fundado por el Jalisco Automóvil Club (JAC).
En Estados Unidos, el éxito de las competencias amateur es gracias a la SCCA, asociación de clubes que regula la actividad del deporte motor en EUA. Operan clubes y campeonatos en la mayoría de los estados y cierran el año con competencias nacionales en las que participan los mejores pilotos de los estados. En la “Sports Car Club of America” se respetan jerarquías, se atienden necesidades y escuchan a los expertos.

En México, estamos acostumbrados a la figura del “Promotor”. Hoy en día está estereotipado, es foco de controversias y polémicas. Aunque algunos consideran que no es la mejor opción para llevar a cabo competencias regionales, puede ser funcional.
En sentar las bases para un automovilismo nacional fuerte, la FEMADAC juega un papel fundamental. No han logrado relacionarse con el deportista para cambiarle el “chip” generacional que crítica el tema de que se sancionen los eventos. En realidad, la federación es el mejor aliado que podemos tener para el futuro del automovilismo.
Una de las propuestas de nuestro actual presidente de México, es el de reestructurar a las federaciones. Esto puede darles el impulso para que la relación deportista/federación comience con el pie derecho en 2020.
Es importante retomar un sistema estricto para otorgar licencias deportivas. Hoy en día, no hay los filtros adecuados para evitar que un piloto compita y ponga en riesgo a los otros. Deben de fomentarse clínicas de manejo deportivo básico o solicitar sumar horas de entrenamiento a los nuevos pilotos mientras son supervisados por algún comisario. Los autódromos en cada región pueden ser el mejor socio de la federación para este tema.
Fomentar escuelas o clínicas de automovilismo sentaría las bases del deporte. Es asombrosa la cantidad de pilotos que llegan a categorías importantes y aún no saben las fases de una curva. El éxito del automovilismo en muchos países es básicamente la educación. Hay escuelas que ofrecen carreras técnicas en ingeniería para automovilismo deportivo. También existen escuelas de manejo con cursos completos y campeonatos internos. Esto puede marcar la diferencia entre “ser un jugador de cascaritas a ser un futbolista”.

Si en México fortalecemos nuestro nivel amateur, proveeremos constantemente pilotos, preparadores, mercadólogos, ingenieros, dueños de equipos y oficiales de pista con mejores capacidades al ámbito profesional.
Los autódromos locales, son nuestro templo, debemos aportarles. Al competidor le es difícil entender que las pistas no existen por arte de magia. Hay que generarles utilidad y que tengan continuidad de eventos. En ellas, podemos alojar muchos proyectos para acercar más gente a nuestro deporte.
Otro jugador indispensable son los talleres mecánicos. Carecemos de opciones para la preparación de los vehículos de competencia. Entre los que ya existen, hay métodos que no favorecen al desarrollo deportivo. Es increíble la cantidad de pilotos que se han retirado del deporte por la falta de buenos preparadores. Si lográramos capacitar un mayor número de preparadores didácticamente, los competidores gastarían una sola vez.

Las televisoras y prensa nacionales difícilmente se acercan al automovilismo. Las redes sociales hoy juegan un papel importante. Nos pueden dar apertura orgánica a millones de personas. Y la difusión para los eventos está más sencilla que nunca.
Estamos en las mejores circunstancias. Es momento de hacer el cambio generacional adecuado. Al lograrlo, el deporte crecerá. Los autódromos serán un mejor negocio. Los promotores harán más y mejores eventos. Llegarán las marcas a apoyar y por ende más presupuestos. Habrá nuevas tecnologías en las competencias y podremos, algún día ver a más pilotos hechos en pistas mexicanas competir al tu por tú en cualquier parte del mundo.

La gente de carreras es gente de excelencia, que busca la mejora continua. Dedicamos horas en descifrar cómo ser más rápidos. Si utilizáramos esa misma metodología en mejorar el deporte nacional, y encontráramos el “setting adecuado” gozaríamos de días gloriosos nuevamente.
Hoy, más que en cualquier día, el país quiere automovilismo.
Enrique Dueñas III “Harry”
FUENTES:
Informador
Forbes
Milenio